Del PIBA el 16.2% lo representa la actividad pecuaria, la cual se encuentra distribuida de la siguiente
forma por actividad productiva: Ganado vacuno
5.9%, Ganado porcino 1.9%, Ganado ovino-caprino
con menos del 1% y la avicultura con el 8.3% .
Existe la impresión de que la ganadería guatemalteca
es una actividad de grandes productores, sin
embargo esta creencia se desvanece al comprobar
que la mayoría de las fincas ganaderas tienen una
extensión inferior a 40 hectáreas (Las fincas
ganaderas en un 84% tienen menos de 40 Ha de
extensión), así podemos afirmar que la producción
del 98% de la leche del país proviene de hatos de
menos de 50 vacas.
Es indudable que la actividad ganadera tiene un gran
arraigo rural, ya que alrededor de ella se desarrollan
miles de pequeñas empresas familiares, las que a su
vez generan gran cantidad de empleos directos,
únicamente superado por la actividad de producción
de granos básicos (maíz y frijol), con la diferencia
que su distribución territorial y de ingresos es mucho
más amplia, asegurando su impacto social en la
economía rural.
En la última década, debido a los cambios del uso de
la tierra y ante el avance de los cultivos intensivos de
caña de azúcar, palma africana y hule en la costa sur,
territorio ocupado tradicionalmente para el desarrollo ganadero; la ganadería migró a zonas de mayor
fragilidad ambiental como el altiplano central, la
planicie del Atlántico y el departamento de Petén, el
que cuenta con suelo de origen cárstico, poco
profundo y de limitada fertilidad, en el cual, sin adaptarse a las nuevas condiciones de los suelos, la
ganadería siguió utilizando modelos de producción
extensivos, provocando un impacto negativo en las
superficies de las propias fincas; adicionalmente las
complicaciones que representan el cambio climático
global, que ha traído problemas de inestabilidad en
los períodos de lluvia y cambios inesperados en la
temperatura ambiental, teniéndose ahora periodos
de sequias más extremos o periodos de concentración de lluvias más copiosos, lo que está provocando
inundaciones en las zonas bajas que dañan el suelo
por erosión en las zonas de pastoreo, disminuyendo
así las cantidades de alimentos disponibles para el
ganado, lo que a su vez provoca una sensible baja en
la condición corporal del hato, lo que conlleva
problemas de reproducción y falta de rentabilidad en
las explotaciones ganaderas.
La introducción de los modelos silvo- pastoriles,
adaptados a las zonas ecológicas del país, debiera ser
la orientación de la reconversión en las fincas
ganaderas guatemaltecas, aunado al cuidado de los
afluentes de agua y la recuperación de suelos
degradados, de esta manera se podría utilizar de
mejor forma el manejo estacional de los alimentos y
corregir los problemas alimenticios del ganado.
En todos los diagnósticos realizados en los últimos
años, se resalta la baja productividad del hato
nacional y el lento crecimiento del mismo.
Por otro lado, la institucionalidad pública de la
ganadería se encuentra concentrada en el Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Alimentación. Debido a
la importancia que tiene el Ministerio para el
desarrollo ganadero al prestar servicios oficiales de
sanidad, la aplicación de recursos públicos para
proyectos de desarrollo productivo y el papel
subsidiario del Estado a los pequeños productores,
es importante revisar y readecuar su funcionamiento
para adaptarlo a los nuevos retos que representa el
apoyo de la reconversión ganadera.
En complemento, la institucionalidad privada es aún
débil, en especial en el área rural, en donde las
organizaciones de pequeños ganaderos ejercen
únicamente una función social sin ninguna motivación para el mejoramiento de la competitividad
productiva, disminuyendo así las posibilidades de los
pequeños y medianos productores de lograr el
sostenimiento de sus negocios.
Aunque los pequeños productores ganaderos aceptan la necesidad de asociarse para resolver sus
problemas, aún esperan que el Gobierno los organice y les aporte los recursos para el sostenimiento de
sus organizaciones, sin entender que son ellos los
forjadores de su propio futuro.
Se requiere entonces impulsar y proponer, de una
forma sencilla y clara, un cambio en la actitud del
productor, en donde se comprenda que las
organizaciones privadas pueden ser orientadas por
las oportunidades de negocios, sin importar su
escala, en coordinación con el Estado, para aumentar
las posibilidades de éxito de forma más certera.
Transformación:
No existe la infraestructura necesaria para
concentrar las compras de ganado en pie y
leche cruda.
Las compras de leche y ganado en pie no
aplican sistemas de fijación de precios que
tomen en cuenta la calidad del ganado o la
leche cruda.
El transporte de los productos desde las fincas
hasta las plantas de proceso es poco eficiente
y pone en riesgo la calidad de los productos.
Las negociaciones para la fijación de precios
de compra son individuales y no garantizan
las compras a futuro.
Comercialización:
Existen grandes vacíos en la reglamentación
obligatoria que deben cumplir los productos
cárnicos y lácteos cuando se comercializan.
El crecimiento de la comercialización por medio
de las grandes cadenas de supermercados, sin
ninguna regulación, pone en desventaja a la
producción nacional.
Los consumidores tienen poca información de
las características y ventajas de los productos
nacionales desde el punto de vista nutricional o
de calidad.
Los programas sociales de gobierno que
incluyen alimentos, no incluyen productos de la
ganadería nacional y son sustituidos por
productos análogos importados.
Se carece de infraestructura pública de servicios
al sector ganadero, rastros en buenas
condiciones, servicio eléctrico en las fincas,
centros de acopio y subastas ganaderas para los
pequeños ganaderos, laboratorios de análisis de
pastos y diagnóstico de enfermedades, caminos
rurales en buenas condiciones.
Desde lo Económico:
Las perspectivas económicas, a largo plazo, de la
actividad ganadera son prometedoras debido al
aumento en la demanda de leche y carne, asociada
en parte al crecimiento de la población y a un ligero
mejoramiento de los ingresos per cápita.
El consumo nacional anual per cápita de carne es de
apenas 4 Kg; mientras que el de leche es de 56 litros
al año, cifras que se encuentran muy por debajo de
las recomendaciones de FAO y se ubicaría como uno
de los consumos más bajos de América Latina, lo que
convierte al propio mercado guatemalteco en un
mercado de oportunidades.
A pesar de lo anterior, la ganadería nacional en el
futuro dependerá en gran medida de la capacidad
que tenga el sector en asumir los retos de mejorar su
competitividad y sostenibilidad, sin importar la
escala de producción o la categoría del productor.
Lo necesario y urgente para mejorar la competitividad y sostenibilidad de la producción ganadera
pasa por la introducción de cambios tecnológicos
que posibiliten mejorar rápidamente los índices
zootécnicos productivos y de rentabilidad, luego, no
menos importante, es la vinculación de la
producción con los mercados. Para ello, será
necesario fortalecer el estado sanitario de los hatos y
la inocuidad, para así evitar las limitantes de acceso a
los mercados formales internos y externos, en
especial de los pequeños y medianos productores
que serán los primeros en ser marginados si no se
toman las medidas correspondientes.
Por otro lado, al revisar los datos de comercio
exterior, específicamente los concernientes a las
importaciones, podemos observar una erosión
creciente de la balanza comercial guatemalteca dada
por la compra de productos lácteos (US$ 162
millones) y de carne bovina (US$ 25 millones), para
un total de US$ 187 millones. Basado en estos datos
resulta atrayente la posibilidad de iniciar un proceso
de sustitución de importaciones e incursionar en los
mercados de oportunidad a nivel regional.


La ganadería es una actividad que consiste en el manejo y explotación de animales domesticables con fines de producción, para su aprovechamiento (algunos ejemplos incluyen la industria láctea, avicultura, piscicultura, porcicultura). En cambio, el manejo de animales pertenecientes a especies silvestres (no domésticas) en cautiverio o en semicautiverio se conoce con el nombre de zoocría.
Dependiendo de la especie ganadera, se pueden obtener diversos productos derivados, tales como la carne, la leche, los huevos, los cueros, la lana y la miel, entre otros. La ciencia encargada del estudio de la ganadería es la zootecnia y los profesionales encargados directamente del desarrollo de la producción animal son los ganaderos, ayudados por los zootecnistas y los ingenieros de producción animal, en estrecha colaboración con los médicos veterinarios, que son los encargados de la prevención y control de las enfermedades de los animales.
Los ganados más importantes en número a nivel mundial son los relacionados con la ganadería bovina, la ovina y la porcina. Sin embargo, en algunas regiones del planeta otros tipos de ganado tienen mayor importancia, como el caprino y el equino, como así también la cunicultura, la avicultura y la apicultura.
La ganadería está relacionada con la agricultura, ya que en una granja ambas pueden estar relacionadas. En estos casos, el ganado aporta el estiércol, que se utiliza como abono, y los cultivos aportan el alimento para los animales.
Para asegurar sus necesidades de alimento, cuero, huesos, y otros productos, las primitivas sociedades cazadoras-recolectoras debían seguir las migraciones de los grandes rebaños de bóvidos, cérvidos y otros animales. Hace unos 10 000 años los seres humanos del neolítico descubrieron que capturar animales, domesticarlos y mantenerlos vivos para utilizarlos cuando fuera preciso, les permitía reducir la incertidumbre que, en relación con las posibilidades de alimentación, les suponía el hecho de tener que depender de la caza. El proceso debió constar de un periodo de pre domesticación en el que, en un primer momento, los seres humanos habituaron a sus presas a su presencia mientras las seguían en sus búsquedas de alimento para, posteriormente, irlas reteniendo; esto supuso que ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los animales. Así, consiguieron domesticar varias especies, encargándose de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, emulando los movimientos naturales de los mismos, pero ahora bajo su control.
Este sedentarismo estuvo unido al nacimiento de las prácticas agrícolas, que ligaban al hombre a la tierra y que, además, permitían el cultivo de forraje para los animales. De ese modo, cuando el hombre inició la domesticación de animales herbívoros como vacas, ovejas, cabras y abandonó la caza y la recolección de frutos, nació la ganadería, durante el neolítico y, muy probablemente, al mismo tiempo que la agricultura.
Estos animales como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar carne, como animales de carga de mercancías, tiro del arado, suministro de pieles y, más tarde, de leche y derivados. El estiércol acumulado en los establos, estabulados y cuadras, debió haber servido de abono para los primeros cultivos.
Tipos de ganadería según el medio
La clasificación de la ganadería según el medio puede clasificarse según dos grandes tipos:
- Ganadería extensiva: Su explotación se lleva a cabo al aire libre aprovechando el medio que les rodea. Es decir, se utilizan los recursos medioambientales para la explotación. Los expertos en la materia creen que es el tipo de ganadería que produce productos de mayor calidad.
- Ganadería intensiva: La ganadería intensiva también es llamada como ganadería estabulada. Este tipo de ganadería se aprovecha de la reducción de costes para ser más competitivo. Claro que suele producir, por norma general, productos de menor calidad.
- Ganadería de tipo mixto: Dependiendo de la fuente bibliográfica podemos encontrar este concepto también como ganadería semi-intensiva, semi-extensiva o semi-estabulada. Nosotros nos referimos a un tipo mixto, el cual no debemos confundir con explotaciones con ganado mixto. Este tipo de ganadería hace uso tanto del medio como de los establos para obtener lo mejor de uno y otro.
- Ovino: Ovejas. La explotación puede estar dedicada a la producción de leche, queso, lana o pieles.
- Bovino o vacuno: Bueyes, toros y vacas. Este tipo de ganado produce tanto carne como leche (vacas). También es utilizado para arado aunque en menor medida.
- Porcino: Cerdos. Se usa principalmente para la producción de carne.
- Caprino: Cabras. Se centran en la producción de queso, leche y carne.
- Equino: Caballos y yeguas. Su explotación está centrada en actividades como la hípica, las carreras de caballos o con el objetivo de comerciar. Algunos caballos o yeguas han llegado a alcanzar precios de millones de dólares.
Cunicultura: Conejos. Se centra en la producción de carne.- Avicultura: Aves de corral. Su explotación principal reside en el consumo de su carne y en los huevos que producen (gallinas). También se tienen en cuenta otras aves como el pavo.
Debido a la creciente competitividad, han sido muchos los ganaderos que se han especializado en un único tipo de ganado. Ahora bien, es importante tener en cuenta, que antiguamente las explotaciones ganadores tenían muchos de estos animales para el autoconsumo.
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